Eric Liddell fue un atleta escocés y misionero cristiano que es más conocido por su participación en los Juegos Olímpicos de París en 1924. A pesar de ser considerado uno de los favoritos para ganar la prueba de 100 metros, decidió no competir en esa carrera debido a que las eliminatorias se llevaron a cabo un domingo, en contra de sus creencias religiosas. En cambio, decidió competir en la carrera de 400 metros, que no era su especialidad, y logró sorprender a todos al ganar la medalla de oro.
Liddell también compitió en los Juegos Olímpicos de 1925, donde ganó la medalla de bronce en los relevos 4x400 metros. Después de su carrera deportiva, se convirtió en misionero en China, donde murió en un campo de internamiento japonés durante la Segunda Guerra Mundial.
La vida de Eric Liddell fue inmortalizada en la película "Carros de fuego", que narra su historia y su dedicación a sus creencias religiosas y a su pasión por el deporte.
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